Remedios contra la ansiedad

Existen otros medicamentos homeopáticos que pueden ser necesitados por personalidades muy ansiosas con trastornos alimentarios. No todos los individuos que encajan dentro del perfil de los siguientes remedios tienen exceso de peso; en muchos casos, el aspecto físico de quien necesita ser tratado con ellos es delgado con rasgos delicados.

El Arsénicum Album, compuesto elaborado a base del venenoso Arsénico, se administra en casos de ansiedad y temor causados por una profunda inseguridad y una hipersensibilidad subyacentes. ¿Un dato seguro? Todo aquel que necesita un tratamiento con este medicamento es un ser nervioso, inquieto, profundamente pesimista y su apetito queda alterado por su estado emocional.

El Lycopodium, extraído de una planta, se utiliza para trastornos estomacales y digestivos. Estas personas suelen tener un apetito voraz seguido de molestias después de comer y su abdomen casi siempre termina inflamado.

El gran deseo del candidato al Lycopodium son los alimentos dulces y sucumben fácilmente a la debilidad por ingerir galletitas, tortas, masas y chocolates, lo cual, sumado a su temperamento inseguro, nervioso, ansioso e impaciente, puede llevarlo a un aumento de peso. Otro de los medicamentos que puede ser muy útil para combatir la ansiedad es el Phosphorus, extraído del Fósforo. Se administra a personas que se muestran ansiosas y temerosas, con un gran miedo al fracaso y que sufren de trastornos nerviosos y digestivos que pueden colaborar en un exceso de kilos.

Homeopatía, aliados de la delgadez

La homeopatía tiene mucho para ofrecer en relación con los tratamientos para curar cuadros producidos por problemas emocionales. La razón principal se debe a que considera a estos últimos sólo como una parte de una unidad psicofísica: nunca distingue cuadros mentales por un lado y físicos por otro, si no que los estudia en conjunto para ayudar a la persona a recobrar su "energía vital", como dicen los especialistas, a través del medicamento correspondiente para cada individuo. 

La ansiedad es uno de los trastornos que se presentan como consecuen cia de alguna situación en particular: estrés, exceso de trabajo, temor o inseguridad. En algunas personas, la ansiedad se manifiesta, por ejemplo, en alteraciones en el apetito que pueden provocar aumento de peso.


Entonces, para las personas que comen por motivos nerviosos existe la posibilidad de realizar un tratamiento contra los kilos aumentados pero trabajando desde la cuestión mental la situación que lleva al individuo a estar ansioso. Es decir, apuntando directamente a la causa y no a la consecuencia porque, tal como se ha explicado en la nota precedente, la homeopatía no actúa sobre la gordura pero sí sobre los múltiples motivos que pueden conducir a la persona a aumentar de peso.

Ser ansioso y ser obeso

La experiencia en este campo demuestra que curando -mediante la administración de remedios homeopáticos- al individuo en su totalidad, el reestablecimiento de la energía vital produce el equilibrio en el peso. Y, que el aumento del peso, se manifestaba como un síntoma que concretamente lo que hacía era revelar que existía ese desequilibrio energético.

El paciente, durante el proceso de tratamiento, tendrá una sensación subjetiva de bienestar, y es desde ese lugar que comienza a combatirse el exceso de peso. Una vez que la persona logra una armonía emocional psicológica dejará de sentir la ansiedad que, en definitiva, es la que hasta ese momento la conducía a producir trastornos alimentarios u obesidad.

Ansiedad y Estres

Ansiedad y estrés

Una de las consecuencias de las crisis es el estado de ansiedad, llamado también hiperestimulación. Esto es que la sensación de que "algo falta" por problemas económicos o conflictos familiares, la persona tiende a cubrir esa falta con objetos exteriores.

La ansiedad, la sensación de vacío, nos lleva a comprar cosas innecesarias, justo a fin de mes cuando el dinero no alcanza. Otros buscan cubrir sus necesidades interiores comiendo cualquier cosa, atentando contra la silueta. Los casos extremos de crisis llevan a algunos a recurrir a la bebida o fumar más de lo que aconsejan los médicos —en realidad es mejor no fumar, no es ninguna novedad, pero si no se deja en forma definitiva no llena esa "sensación de vacío", sino que acentúa la ansiedad.

Otra forma de hiperestimulación es ocupar la mente con preocupaciones y fantasías. Inconscientemente la persona sin darse cuenta piensa en el pasado, cuando todo estaba mejor. O puede proyectar sus sueños o fantasías irreales hacia el futuro anticipándose al fracaso.

Estos mecanismos son negativos y aumentan aún más las preocupaciones o el estrés frente a una situación crítica.

Homeopatica

Homeopatía

Para curarse homeopáticamente, muchos enfermos hacen el camino contrario: dejan de tener asma y pueden sufrir rinitis o urticarias que no pueden suprimirse porque forman parte de la curación. Estos síntomas, tratados homeopáticamente, van desapareciendo. A la vez, hay un avance interno donde la persona come y duerme mejor y se siente más vital. En todo este camino no se obliga al paciente a restringir su alimentación ni sus actividades. En las alergias rebeldes, los homeópatas cuentan con un arma más: la isopatía. Aunque sólo es necesaria en casos muy contados, puede administrarse un alérgeno identificado, chocolate, polen, por ejemplo, en dosis homeopáticas: se diluye la sustancia a una proporción tan mínima que ni se detecta químicamente. Este tratamiento es, bien utilizado, absolutamente eficaz.

Homeopatía

La homeopatía también actúa en los momentos críticos. Allí se busca el desencadenante emocional o psíquico de esa crisis particular y se prescribe el medicamento "de la crisis". Igualmente, los episodios agudos de la alergia van disminuyendo en intensidad y en frecuencia. Así, el 70% de los alérgicos se cura. En los chicos, los resultados son aún más notables y rápidos.

Para la homeopatía, todas las manifestaciones alérgicas se deben a una sola "enfermedad". Ysi, por ejemplo, se "cura" un eczema con corticoides, esa enfermedad busca otra expresión distinta. Cuantas más supresiones de esos síntomas se hayan vivido, más profunda se localiza la enfermedad, agravándose.